Теоретическая грамматика испанского языка: морфология
3.3. Modo

Cuando enunciamos una acción verbal, podemos pensarla como real, objetiva (La puerta está cerrada) o como un acto al cual no atribuimos existencia fuera de nuestro pensamiento (Temo que la puerta esté cerrada).

Tenemos que distinguir entre el contenido de lo que se dice (dictum) y cómo lo representamos con nuestra actitud psíquica (modus). Por ejemplo, en la oración Mañana se reunirá la junta el hecho de reunirse la junta constituye el dictum. El modus puede reflejarse en varias actitudes del hablante hacia lo dicho: Dudo que se reuna la junta; Ojalá se reuna la junta; ¿Se reunirá la junta?; etc.

La categoría del modo verbal representa una de las formas de expresar la modalidad, es decir, la actitud del hablante ante la acción verbal. La gramática española reconoce la existencia de tres modos verbales, es decir, maneras de considerar el fenómeno desde el punto de vista subjetivo del hablante: el indicativo, que expresa la acción objetivamente como real; el subjuntivo, el modo de lo irreal, que presenta la acción como una simple idea en la mente del hablante, y el imperativo, que expresa la acción como una orden inmediata del que habla.

La gramática tradicional ha citado otros dos modos: el infinitivo y el potencial. Pero el infinitivo es realmente el nombre del proceso, de la acción verbal y por ello es un sustantivo abstracto que se emplea para denominar el verbo.

El potencial tiene el valor modal en las oraciones condicionales, cuando expresa un hecho hipotético, no real, cuya realización afecta a ciertas condiciones: Sin él nuestra casa no tendría vida. Del mismo modo, el potencial de probabilidad supone una acción probable, dudosa en el pasado: Serían las diez; Tendría entonces ocho años.

En la gramática moderna se tiende a considerar el potencial como un tiempo del indicativo que forma oposiciones proporcionales con el futuro, por lo cual ha adquirido el nombre de futuro en el pasado.

Subjuntivo

Queda dicho que es el modo de la subjetividad. De aquí el nombre de subjuntivo, que significa subordinado o dependiente. Se suelen distinguir dos tipos bien diferenciados:

El subjuntivo potencial (según la gramática latina, buditativo o común) expresa acciones pensadas como dudosas o posibles. Se da con adverbios de duda o en oraciones subordinadas con verbos de duda, de posibilidad, de emoción, etc.

El subjuntivo optativo representa las acciones verbales como necesarias o deseadas. Se da en oraciones independientes desiderativas, exhortativas y en subordinadas con verbos de voluntad, mandato, consejo, ruego, necesidad objetiva o conveniencia, etc.

Imperativo

El imperativo responde a la función apelativa del lenguaje, que consiste en provocar una determinada reacción en el oyente. Su uso está restringido al mandato y sólo posee las formas afirmativas de 2ª persona: ¡sal!; ¡salid!.

En el tratamiento de respeto de usted, ustedes y en la negación, donde no se expresa el mandato sino una orden atenuada (exhortación) y la prohibición correlativamente, se toman prestadas las formas del subjuntivo optativo: ¡Salga!; ¡Vengan!; ¡No lo digas!

Tanto en España como en América se ha extendido bastante el uso del infinitivo por el imperativo: ¡Sentarse!; ¡Venir acá! Se encuentra el valor de mandato también en gerundio, presente y futuro de indicativo: ¡Trabajando! ¡Lo hace ahora mismo! ¡No lo harás!