Las preposiciones se hallan distante de las palabras conceptuales por su carácter relacionante. Carecen de significados léxicos y son nexos de subordinación exclusivamente, que enlazan palabras o sintagmas. La preposición une una palabra principal con sus complementos, es decir, une y subordina al mismo tiempo.
Con las preposiciones se expresan frecuentemente ideas análogas a las que se expresan por los casos en la declinación. Esto ha sido motivo de que no sean, a veces, consideradas como palabras independientes, sino morfemas. Pero esta identidad de funciones de las desinencias casuales y de las preposiciones no significa que las preposiciones también son morfemas, partes de palabras. Pues, la noción que expresa, por ejemplo, el morfema de número (singular y plural) puede expresarse al mismo tiempo por medios léxicos: chicos – mucho chico, lobos – tanto lobo. Pero esto no supone la identidad formal de las palabras mucho, tanto con morfemas de número.
Las preposiciones, a diferencia de los morfemas gramaticales se nos muestran como verdaderas palabras independientes con sus valores semánticos especiales.
Así, vemos, que las preposiciones se distinguen de las palabras conceptuales que pueden funcionar en la oración como predicado, sujeto, complementos. Pero al mismo tiempo no se agrupan con los elementos morfemáticos, como son los que indican el género, el número, el tiempo, etc. Tienen su relativa independencia.
Posición de las preposiciones
Como nos indica la misma etimología de la palabra preposición esta parte de la oración suele anteponerse a los elementos relacionados (el prefijo pre- indica anterioridad): ir a casa, sobre la mesa, en la calle, contra la guerra. Pero se dan algunos casos, cuando preposiciones se posponen: río abajo, cuesta arriba.
La preposición supone, por su función principal, la existencia de dos términos relacionados. El primero se llama antecedente, y el segundo, consecuente. El antecedente puede ser un sustantivo, un adjetivo, un verbo, un pronombre, un adverbio y hasta una interjección: el hijo de mi hermano, deseoso de verte, visito a mis amigos, alguien entre ellos, más de la cuenta, ¡ay de mí!.
El segundo elemento ha de ser un sustantivo o expresión sustantivada (bajo la mesa, desde la niñez, según el locutor), un pronombre (amable con ella, hablemos de aquello), un infinitivo (estudia para aprender, lo dije por molestar), un adverbio (desde aquí, para siempre). El segundo elemento puede, a su vez, estar representado el conjunto “preposición + nombre”, formando las preposiciones dobles: por encima de la casa, por entre la multitud, de entre los árboles.
Con mucha frecuencia las preposiciones forman, al combinarse con otras palabras, locuciones fijas de significación adjetiva (de noche, de servicio, sin par); adverbial (de golpe, a sabiendas, por de pronto); conjuntiva (para que, a fin de que, sin embargo); prepositiva (frente a, junto a, alrededor de). Las locuciones formadas con preposición seguida de infinitivo son de carácter verbal: deber de, empezar a, tener que, etc.
Hay algunas preposiciones que se colocan entre palabras repetidas: cara a cara, favor por favor, insulto sobre insulto, días tras días, etc.
Procedencia de las preposiciones
Las preposiciones proceden de entiguos adverbios y de antiguos elementos nominales. Por ejemplo: durante o excepto son antiguos participios, hacia procede de la expresión nominal faz a.
En el idioma actual la clase de preposiciones se forman como locuciones preposicionales mediante las preposiciones analíticas a, de, con y las siguientes partes de la oración:
Vemos la estrecha relación entre preposiciones y palabras conceptuales, sobre todo en el plano histórico. Hay casos de la transposición cuando uns misma palabra puede ser adverbio, adjetivo o preposición: bajo, sobre. Lo que se refiere a las locuciones preposicionales, comparemos frases como las siguientes: iré después – iré después de la cena; vino antes – vino antes de tu llamada. J. Roca Pons admite que en cierto modo las palabras como cena y llamada en tales casos pueden considerarse complementos del adverbio, aunque es más frecuente considerar el grupo formado por el adverbio y la preposición simple como locución preposicional.