Теоретическая грамматика испанского языка: морфология
2. Clasificación de los adjetivos

Son posibles muchas clasificaciones según el punto de vista que se adopte. Es tradicional la que distingue entre determinativos y calificativos. Resulta el siguiente cuadro:

Determinativos

Los determinativos sirven para determinar la extensión en que se toma el significado del sustantivo. Son pronombres con función adjetiva (demostrativos, posesivos, indefinidos, interrogativos) y numerales. Conviene advertir que tal definición de adjetivos es puramente funcional, lo cual viene confirmado por R. Lenz que determina el adjetivo como toda palabra variable que modifica o determina a un sustantivo.

Respecto de los adjetivos determinativos algunos gramáticos consideran que hay que referirlos a los pronombres y numerales, porque tienen muchas particularidades como clases de palabras. Los adjetivos también tienen muchos rasgos comunes con los sustantivos, sin embargo los diferenciamos, como deberíamos diferenciar a los adjetivos de los pronombres y numerales.

Calificativos

Los calificativos, que a veces se llaman adjetivos verdaderos, describen al sustantivo expresando alguna cualidad del objeto: grande, rojo, joven, triste, etc. Algunos adjetivos calificativos, en vez de manifestar directamente la cualidad del objeto determinado, se limitan a expresar alguna cualidad que se aprecia en otro sustantivo, del cual suelen proceder: poético, artístico, militar, político, legendario, etc.

En muchos casos el significado del adjetivo depende tanto de él como de los sustantivos que modifica. Compárese, pues, la significación del adjetivo telegráfico en diversas frases: red telegráfica, respuesta telegráfica, agencia telegráfica, clavo telegráfica, orgenización telegráfica, mapa telegráfico, etc.

Los calificativos, a su vez, se subdividen en especificativos y explicativos, o bien, epítetos. Los e s p e c i f i c a t i v o s restringen la significación del sustantivo disminuyendo su extensión, individualizándolo. Si decimos los animales feroces queremos concretar la cualidad de estos animales, distinguiéndolos de todos los demás de su especie. Se sobretiende que el adjetivo feroces expresa una idea no contenida dentro del concepto que tenemos del sustantivo animales, que lo mismo pueden ser mansos que feroces. Estos adjetivos suelen ir pospuestos a los nombres.

Los adjetivos e x p l i c a t i v o s, en cambio, no restringen la significación del sustantivo, sino la explican, expresándola como inherente al sustantivo, como algo, que se comprende según la idea que nos hemos formado del objeto. Concebimos, por ejemplo feroz al animal, fiero al león, manso al cordero, blanca la nieve, roja la sangre, azul el mar, negra la desdicha, etc. Al mismo tiempo los adjetivos explicativos, o epítetos, ponen de relieve estas cualidades inherentes del objeto. Suelen anteponerse a los sustantivos.

La distinción entre explicativos y especificativos es a veces dudosa y depende de la intención del hablante. Compárense, por ejemplo: El profesor anciano y el anciano profesor. El sustantivo profesor no supone implícita la cualidad de anciano y por lo cual se considera especificativo y viene pospuesto al nombre. Pero en segundo caso la cualidad de anciano aparece, para el hablante, como esencial del profesor y se emplea ya como epíteto. Lo mismo si dijéramos el león fiero, el cordero manso, podríamos dar a entender que los había sin estas cualidades. Entonces estos adjetivos pasarían a la categoría de especificativos. Parece, pues, evidente, que el adjetivo pospuesto restringe la significación del nombre.

En algunos adjetivos la colocación determina un cambio en el significado, mejor dicho, en el efecto subjetivo para el que habla: grande, pobre, malo, bueno, simple, etc. El sentido recto se conserva en los adjetivos pospuestos, mientras que en los antepuestos aparece una nueva acepción más o menos figurada: un amigo pobre – la pobre madre; una muchacha simple – por la simple razón; una escena triste – un triste sueldo; etc.

Otras clasificaciones

Pueden observarse varias modificaciones de la clasificicación tradicional del adjetivo. R. Lenz, por ejemplo, concreta la acepción de los adjetivos determinativos, dividiéndolos en cuantitativos (mucho, poco, alguno), locales (exterior, interior, anterior, cercano, lejano) y temporales, que también incluyen los adjetivos anterior, posterior, cercano, lejano.

R. Seco ofrece la división de los adjetivos por su significación (calificativos y determinativos) y por su construcción (atributivos y predicativos). Los atributivos no hacen más que atribuir una cualidad al nombre: Tienes un jardín bonito. Los adjetivos predicativos tienen un valor esencial de predicado en la oración: Tu jardín es bonito.

Basándose en el mismo principio, A. Bello se niega de la clasificación de los adjetivos y no los divide en ningunas categorías clasificadoras.

Calificativos y relativos. Los adjetivos pueden clasificarse también en calificativos y relativos, aunque tal clasificación no es tradicional para la gramática española.

Los adjetivos calificativos indican la cualidad del objeto directamente sin referirla a otro objeto: alto, malo, bueno, grande, pequeño.

Los adjetivos relativos indican la cualidad del objeto indirectamente, refiriéndola a otros objetos: primaveral (de primavera), mural (de muro), férreo (de hierro), etc. Muchos de estos sustantivos pueden expresarse de un modo equivalente, por medio de determinadas locuciones: madrileño – de Madrid.

Los c a l i f i c a t i v o s tienen las siguientes características.

  1. Su capacidad de formar grados de comparación: se puede decir que una persona es más o menos buena, culta, alta, inteligente, etc.; pero no se puede decir que es más o menos viva o muerta.
  2. Los calificativos pueden ir determinados por los adverbios: medio desnudo, perfectamente visible, siempre poético, medio borracho... .
  3. Con la ayuda de sufijos y prefijos forman derivados, que expresan diferentes matices y grados de la cualidad: negro – negruzco, negra, negrizco; gris – grisáceo; enfermo – enfermito; delgado – delgadito; fresco – fresquecito.
  4. Pueden formar adverbios: rápidamente, fuertemente, uinútilmente,claramente; del mismo modo es posible la transposición del adjetivo del género masculino en el adverbio: rápido, lento, lindo, maravillos.
  5. Forman antónimos: cómodo – incómodo, alto – bajo, rico – pobre, grande – pequeño, malo – bueno, largo – corto, bonito – feo, etc.
  6. Forman sustantivos mediante diferentes sufijos: blanco – blancura, amarillo – amarillez, rico – riqueza, valiente – valentía, audaz – audacia, feo – fealdad, hermoso – hermosura, honrado – honradez.

Los r e l a t i v o s no poseen estos rasgos de los calificativos. Reflejan relación hacia una persona (amor maternal, acción quijotesca) un animal (ganado vacuno, año taurino), un animal (ganado vacuno, año taurino), un objeto (ave doméstica, comida casera), una noción abstracta (año financiero), un lugar (señor lugareño), el tiempo (trabajo cotidiano, prueba anual), el número (sincomesense), etc.

La cantidad de los adjetivos relativos es mucho menor que la de los calificativos. Eso tiene lugar porque la construcción “de + sustantivo” no siempre tiene sus correspondencias en los adjetivos: de madera, de hoy. Esta construcción a veces prevalece en el idioma: es más usada, por ejemplo, la expresión de oro que el adjetivo correspondiente áureo. Los adjetivos relativos algunas veces tienen límites en el empleo: bancarrota financiera pero ministro de finanzas, relaciones comerciales pero progresos de comercio, artículo industriales pero ingeniero de minas, etc.

La división entre los adjetivos calificativos y los relativos a veces no es tan bien visible ni clara. Algunos adjetivos tienen un carácter bastante complicado en cuanto a su tipo. Por ejemplo, el adjetivo corriente: el año corriente, el vino corriente, la moral corriente.

Los adjetivos pueden ser empleados en sus sentidos traslaticios: la mente infantil de mi hijo pequeño (relativo) y su infantil conciencia de hombre (caliificativo). Fíjense en otros ejemplos: El fino y otoñal perfume de los menbrillos: Este baile es muy mejicano; Su voz aceitunada... más aceitunada que nunca; Esta quijotada fantástica es menos típica, menos española, menos sublime.

Los casos de la transposición del adjetivo calificativo en el relativo son mucho menos frecuentes. De ejemplo sirve el adjetivo rojo aplicado a las personas de ideas izquierdistas o los adjetivos blanco, negro, breve empleados en la terminología musical.