Es muy diferente hablar de las características del verbo en general o de kas que ofrece una lengua determinada. Es evidente que algunas lenguas no poseen un verdadero verbo o carecen de morfología verbal, como el chino. El concepto de verbo se nos aparece unido esencialmente a una importante función dentro de la oración: la de predicado. El verbo es una palabra, pues, fundamentalmente predicativa. El verbo no puede ser otra cosa que predicado o formar parte del mismo, considerando a los copulativos y auxiliares como parte del predicado. Se exceptúan las formas no personales del verbo: el infinitivo, el gerundio y el participio.
Parece evidente que el verbo expresa de un modo predominante acciones. La acción se opone a la pasión y al estado, implica una idea de actividad por parte del sujeto. Acción y pasión coinciden en su carácter esencialmente dinámico y constituyen dos puntos de vista opuestos respecto a una misma realidad. Por ejemplo, si nos fijamos en las acciones de construir, pintar, limpiar (una casa, un cuadro, la calle), se tratará de unas verdaderas acciones desde el punto de vista del sujeto que las realiza y de una pasión si consideramos los objetos que las reciben (casa, cuadro, calle). El carácter dinámico de la acción y de la pasión se opone al estático del estado: estar, permanecer, yacer, residir.
Pero existe otra modalidad dinámica que no es acción ni estado, sino cambios de estado: crecer, dormir, morir, asustarse.
Resumiendo lo dicho, podemos deducir que existe una idea común en toda expresión verbal, que es una idea de proceso. Dicho proceso puede manifestarse en acciones, pasiones, estados y cambios de estado.
R. Lenz, seguidor de la psicología, distingue la substancia, la cualidad y el fenómeno, que corresponden, respectivamente, al sustantivo, al adjetivo y al verbo. A. Alonso y P. Henríquez Ureña en su “Gramática Castellana” definen así el verbo: “Los verbos son unas formas especiales del lenguaje con las que pensamos la realidad como un comportamiento del sujeto”. Pero quedan los verbos de estado, copulativos, auxiliares que no aluden a un comportamiento del sujeto.
La gramática de la Real Academia Española define al verbo de un modo absolutamente tradicional: “Verbo es una parte de la oración que designa estado, acción o pasión, casi siempre con expresión de tiempo y persona”.