Теоретическая грамматика испанского языка: морфология
2. Clasificación de los verbos

Los verbos pueden clasificarse según el criterio semántico, sintáctico, morfológico y según el modo de acción:

Criterio semántico

Según el criterio semántico los verbos pueden ser significantes por una parte, y auxiliares o copulativos, por otra.

Significantes. En los significantes está la expresión de todos los procesos – cambios, movimientos, alteraciones – de los objetos en relación con el mundo exterior. Estos se representan por los verbos de percepción (ver, oir, sentir), de entendimiento, que indican percepción intelectual (saber, pensar, creer, comprender), de duda (dudar, ignorar), de voluntad (mandar, ordenar, rogar, prohibir), de emoción (temer, alegrarse, asustarse), enunciativos (decir, declarar, preguntar), de movimiento (ir, andar, venir), etc.

Copulativos. Sirven esencialmente para unir el sujeto con el predicado nominal. En español es, por excelencia, ser. Entre verbos copulativos existen grados. En español otros verbos pueden ejercer una función copulativa, sobre todo, estar. La diferencia en su empleo consiste en que se trata de dos clases de predicación: con ser el predicado es expresado como una cualidad del sujeto, mientras que con estar es un estado lo expresado. Por estado se entiende una situación en que se halla el sujeto: soy y estoy enfermo, soy y estoy soltero.

Existen otros verbos con el valor copulativo (hallarse, quedar, ponerse, hacerse, sentirse, parecer, ir, venir, andar, etc.) que forman predicado nominal (véase los capítulos correspondientes).

Es curioso que algunos verbos significantes sin abandonar su función de predicado verbal, pueden ejercer también una función copulativa en el predicado verbal-nominal: Estos peones trabajan descalzados.

Auxiliares. Son aquellos que pierden su valor significativo en numerosas perífrasis verbales con el infinitivo, gerundio, participio, formando predicado verbal. Entre ellos destacamos los semiauxiliares del predicado verbal compuesto: ir, venir, andar, seguir, continuar, llevar, poder, querer, soler, empezar, etc.

Criterio sintáctico

Según el criterio sintáctico en español existe una distinción entre las siguientes clases de verbos.

Personales/unipersonales

Los personales son los verbos corrientes cuya acción está relacionada siempre con un sujeto agente. La acción del verbo unipersonal, en cambio, se realiza por sí misma, sin ningún agente. Como ejemplo podemos citar el verbo haber (Hay que hacer guardia frente a la impresa inmobiliaria) o el verbo hacer en expresiones como hace viento, hace falta, hace mucho.

El grupo más numeroso lo constituyen los verbos que indican fenómenos atmosféricos: llover, tronar, nevar, amanecer, relampaguear, etc. Los verbos de la naturaleza no se emplean sino en una sola forma de la tercera persona.

Transitivos/intransitivos

Es muy antigua la distinción entre verbos transitivos e intransitivos. Losprimeros, como es sabido, admiten un complemento directo y expresan una acción, poniéndola en relación con un objeto, en el cual la acción logra su cumplimiento. A diferencia de estos los intransitivos expresan fenómenos no relacionados con ningún objeto.

Entre los transitivos hay verbos como decir, ofrecer, hacer, poner, llevar, que siempre necesitan de un complemento directo, pues la expresión de llevar, decir, poner o hacer sin el objeto correspondiente, por sí sola, nunca es completa.

Otros verbos, como comer, beber, mirar tienen posibilidades transitivas e intransitivas sin cambiar de su significado léxico. Compárese: No me mires, hijo mío, no me mires con compasión; ¡Mira!

El complemento directo tampoco se nos ofrece bajo un mismo aspecto. En unos casos el fenómeno corresponde a una modificación, cambio en el objeto: pintar una puerta, limpiar una casa, adornar una habitación. En otros casos el complemento es creado o destrído por la acción verbal: construir una casa, crear una situación, producir artículos, criar animales, romper un plato. Puede ocurrir también que la acción del verbo transitivo no afecte, en realidad, al objeto. Las dos primeras clases de complementos corresponden a los verbos realmente transitivos, Y la última a los pseudotransitivos (leer un libro; comtemplar un cuadro).

El complemento directo, además, es una especificación del significado del verbo: pintar un cuadro – pintar una puerta, arreglar el pelo – arreglar el mueble, echaer una ojeada – echar dinero al aire, echar una siesta, etc.

Avalentes/monovalentes/bivalentes/trivalentes

La llamada gramática de dependencias de Tesnière describe la oración como estructura S + P (sujeto + predicado). Según esta gramática el núcleo organizador de la oración es el verbo. Los demás elementos de la oración son complementarios y se llaman actantes del verbo. El verbo en este caso se entiende como un elemento químico que recibe otros elementos según sus valencias.

Para esta corriente lingüística los verbos se clasifican según sus actantes: avalentes, que no tienen actantes (llover, amanecer); monovalentes, de un actante (correr, vivir); bivalentes, de dos actantes (comer, hacer); trivalentes, de tres actantes (dar, entregar).

Pronominales/no pronominales

A diferencia de otros tipos de verbo, éstos ofrecen una forma característica: la presencia del pronombre en los pronominales. No todos los verbos son capaces de tomar forma reflexiva. La forma reflexiva se emplea para distintos fines, además existen los verbos de forma reflexiva exclusivamente (reflexiva tantum): arrepentirse, dignarse, atreverse, jactarse, etc.

Otros verbos cambian su contenido semántico según adopten o no la forma pronominal: ocupar – ocuparse, acordar – acordarse, volver – volverse, parecer – parecerse, etc.

Los verbos pronominales pueden expresarse los siguientes valores:

  • propiamente reflexivo (Juan se lava);
  • recíproco (Los amigos se abrazan);
  • pasivo (El edificio se construye);
  • intransitivo o de voz media (La muchacha se asusta);
  • impersonal (Se admira a los héroes);
  • unipersonal (Se ve que eres ingenuo);
  • incoativo (Jorge se fue);
  • sentido de interés o dativo ético (Se comió un pastel);
  • reflexivo exclusivo o reflexiva tantum (Pepe siempre se jacta);
  • semántico o cambio del significado (Los esposos ocuparon sus asientos – Se ocuparon del hijo).

Criterio morfológico

Según la conjugación de los verbos se dividen en regulares, que poseen paradigmas regulares de los verbos modekio en -ar, -er, -ir, e irregulares. La irregularidad puede ser vocálica (morir, murió; volver, vuelvo; pedir, pide), consonántica (hacer, hago; nacer, nazco; salir, salgo) y mixta (decir, digo; saber, sepa).

Ocurre con frecuencia en la conjugación irregular que los verbos son de irregularidad individual (estar, poner, tener, ser).

Los verbos defectivos son los que presentan incompleto su cuadro flexivo. Este hecho se produce por causas variadas. Estas causas pueden ser semánticas (atañer, concernir, acaecer), gramaticales (acostumbrar, soler), fonéticas (balbucir, abolir, agredir, aguerrir, aterirse, blandir, despavorir, empedernir).

Criterio de modo de acción

El modo de acción, que indica el modo como se desarrolla el proceso verbal, depende del significado léxico del verbo. Podría decirse que es el aspecto léxico del verbo. Hay distinción entre los siguientes grupos de verbos:

Perfectivos/imperfectivos

Igual como ocurre con los verbos transitivos e intransitivos, copulativos y auxiliares, no existe en español una forma externa que nos permita distinguir los verbos imperfectivos de los perfectivos, o, según otra denominación, los permanentes de los desinentes.

Se llama acciones perfectivas, o desinentes, aquellas que tienen una duración limitada y necesitan alcanzar su culminación, llegar a su término o límite, como los verbos saltar, disparar, abrir, llegar. Son verbos imperfectivos, o permanentes, los que denotan acciones que no necesitan llegar a un término fijo para producirse, como querer, pensar, saber, meditar. En realidad muchos verbos permanentes se hacen desinentes mediante un complemento: escribir (una carta), leer (un libro). Esto se logra también mediante el reflexivo se: ir – irse, callar – callarse, marchar – marcharse.

A los perfectivos se refieren los verbos de acción momentánea, que se llaman puntuales: disparar, sacudir, golpear. Se oponen a los verbos durativos, de carácter imperfectivo: leer, pasear. A veces los verbos perfectivos también expresan una acción que necesita para su perfección un proceso previo, más o menos prolongado: llegar, terminar, entrar. Sin embargo se consideran perfectivos, pues necesitan alcanzar su límite para producirse, no pueden realizarse a medias.

Los imperfectivos, a su vez, pueden designar una acción o estado de duración larga e indefinida: amar, saber, pensar. En otros casos la acción durativa puede ser de carácter exclusivamente pasajero: dormir, hablar, pasear, leer.

Los verbos iterativos indican acciones compuestas de varios actos iguales. Como regla, poseen morfemas característicos -se(ar), -te(ar), -que(ar): picotear, manosear, corretear, besuquear.

Los verbos frecuentativos indican acciones habituales, acostumbradas: soler, frecuentar, tutear.

Los verbos incoativos indican el comienzo de un proceso o la entrada en un estado. Poseen morfemas característicos -ec(er), -e(ar): enrojecer, palidecer, florecer, alborear.