El problema de las partes de la oración es uno de los principales de la gramática del idioma español. Pero al mismo tiempo este problema se caracteriza por el mayor número de contradicciones.
En la gramática española suele emplearse el término partes de la oracion, aunque no es exacto, pues ha do tomarse en su significado más bien sintáctico. Se han ofrecido otras nominaciones: clases de palabras, partes del discurso. Pero es de notar que el término clases de palabras es demasiado amplio y se caracteriza por cierta amlbigüedad, pues las palabras pueden dividirse en clases a base de cualquier criterio. El término partes del discurso, que se emplea en varios idiomas, tampoco se ha adoptado en la gramática española, pues la palabra discurso en la lengua española se refiere también al arte oratórico.
A pesar de todos los inconvenientes el término partes de la oracion se mantiene en la gramática española debido a su larga y fuerte tradición.
Algunos gramáticos renuncian a la clasificación de las partes de la oración. Una de las causas consiste en que las diferencias entre las partes de la oracion pueden neutralizarse en ciertas posiciones sintácticas. Por ejemplo, en la función de atributo, después del verbo ser se quita la diferencia entre el sustantivo y adjetivo: Soy ruso; Es española.
A este problema se añade también la transposición de las partes de la oración: deber (verbo)— deber (sustantivo), rápido (adjetivo)— rápido (adverbio), etc. La dificultad en este caso consiste en numerosas vacilaciones y en la existencia de numerosos casos intermedios, cuando una misma unidad lingüística se caracteriza por los rasgos propios de diferentes categorías: ¿Donde vives?; La casa donde vivo; Voy a donde no me llaman.
Por otra parte, ¿a qué clase de palabras podemos referir las unidades aun, pues, no, .si, mismo, que, etc.?
Sin embargo, tradicionalmente se viene considerando la existencia de las partes de la oración, que son las más grandes clases de palabras. Dichas clases de palabras se caracterizan por sus rasgos semánticos y formales muy específicos y se unen a base de tres características esenciales: concepto que expresan (objeto, proceso, cualidad), comunidad de categorías gramaticales (género, número, persona, tiempo, modo, etc.); identidad de funciones sintácticas (sujeto, predicado, complementos).
Si partimos de estos criterios, podemos dividir el vocabulario español en dos dominios gramaticales:
Palabras significantes o conceptuales, que son independientes formal y semánticamente: sustantivo, verbo, adjetivo, adverbio, numeral. Indican uno de los conceptos del entorno: objeto, proceso, cualidad, etc.
Palabras auxiliares, que se representan por las palabras de relación sintáctica y sirven para indicar diferentes relaciones entre los conceptos (de dirección, lugar, tiempo, modo, cualidad, causa, fin, etc.). Son preposiciones y conjunciones. El segundo grupo lo constituyen las palabras que construyen diferentes categorías morfológicas: artículos, partículas, verbos auxiliares.