8. ЛИТЕРАТУРА XIX ВЕКА: КОСТУМБРИЗМ И РЕАЛИЗМ

8.1 Основные характеристики костумбристской литературы. «Андалузские сцены» Серафина Эстебанеса Кальдерона и «Мадридские сцены» Рамона Месонеро Романоса

8.2 Публицистика Мариано Хосе де Ларры

8.3 Педро Антонио де Аларкон «Треугольная шляпа»

8.4 Основные характеристики реалистической литературы

8.5 Натурализм и его общие характеристики

8.6 Хуан Валера, Бенито Перес Гальдос, Леопольдо Алас (Кларин), Эмилия Пардо Басан, Висенте Бласко Ибаньес.

A mediados del XIX predominan ya en los medios artísticos los principios estéticos del Realismo. Se conoce con este nombre al movimiento cultural característico de una sociedad burguesa a la que no agradaban en principio las fantasías idealistas románticas y que viene determinado por una serie de circunstancias histórico-sociales:

Como continuación de los procesos de industrialización ocurridos en la primera mitad del siglo, la Europa posterior a 1848 se caracteriza por un rápido crecimiento demográfico, por la expansión económica, por la intensificación del comercio y por un notable progreso técnico. Todo ello está presidido por la consolidación del poder de la burguesía, la cual deriva hacia posiciones conservadoras por la necesidad de defender sus nuevos privilegios frente a las crecientes presiones del proletariado (1864, Primera Internacional de Trabajadores). Esta tensión social explica la aparición de gobiernos autoritarios y de inspiración conservadora: Napoleón III en Francia, el gobierno de Bismarck (artífice de la unificación alemana) y el largo período de la reina Victoria en Inglaterra.

La filosofía propia de la sociedad burguesa decimonónica es el Positivismo, para el que no existe otra realidad que los hechos perceptibles ni es posible otra investigación que no sea la del estudio empírico de esos hechos. La observación rigurosa y la experiencia son los instrumentos básicos de la filosofía positivista (Comte). Claude Bernard expone el nuevo método experimental: observación hipótesis-experimentación, en su Introducción a la medicina experimental. Este nuevo método de investigación caracterizará al evolucionismo de Darwin y su Origen de las especies o a las leyes de la herencia biológica de Mendel. Asimismo, el pensamiento político se empapará de esta nueva filosofía y, en El capital, Karl Marx estudia sistemáticamente la sociedad capitalista, a la que sujeta también a unas leyes específicas, donde el motor del desarrollo histórico es la lucha de las clases sociales.

Todo ello tendrá una gran repercusión en el terreno literario, pues, en muchos casos, el novelista pretenderá una observación rigurosa de la realidad, semejante a la del científico experimental.

Los mismos procesos que se dan en el resto de Europa se producen en España con cierto retraso: la población crece rápidamente, la industrialización es más lenta y se circunscribe a Cataluña y al País Vasco.

La segunda mitad del siglo XIX es una época de graves problemas sociales y

fuertes tensiones políticas. Hasta 1868, la política responde a un signo liberal moderado o conservador. La revolución de 68 ("La Gloriosa"), que destrona a Isabel II, supone la victoria de la burguesía progresista, de modo que la Constitución del 69 proclama amplias libertades. En 1875, la Restauración cerró aquella etapa: marginó a las tendencias extremas y otorgó el gobierno, alternativamente, a los partidos dinásticos: conservadores y progresistas.

Características del Realismo

Cuando la burguesía ascendente se instala en el poder, la novela realista se convierte en la creación artística más importante, como expresión del espíritu nada romántico de la nueva generación. Esta nueva literatura trata de frenar la libertad romántica presentando la vida tal como es. Comprobemos esto último en los siguientes rasgos generales de la literatura realista:

1. Observación y descripción precisa de la realidad . Lo que caracteriza al nuevo estilo narrativo es el arte de copiar la naturaleza tal como se presenta. Este interés por la observación de la realidad es paralelo a los métodos de observación característicos de las ciencias experimentales. Para ello, los escritores llegan a documentarse sobre el terreno, de ahí también que los personajes estén caracterizados puntillosamente en sus dimensiones externa e interna.

2. Ubicación próxima de los hechos . Frente a la evasión espacio-temporal del Romanticismo, los autores realistas escriben sobre lo que conocen, por lo que tienden a situar sus obras en lugares próximos y en el momento presente. La mirada se desplaza a lo cotidiano, eliminando el subjetivismo y la fantasía, al tiempo que controlan los excesos del sentimentalismo. Los realistas escriben para el único público posible: la burguesía, que rechaza ya lo idealista. La burguesía se convertirá, en consecuencia, en protagonista de esta novela.

3. Frecuente propósito de crítica social y política . En estas novelas tenemos siempre un individuo problemático que aspira a conseguir unos valores auténticos, pero que se encuentra con una sociedad degradada que le imposibilita encontrarlos. A pesar de todo, en los escritores realistas se encuentra, por encima de cualquier otro rasgo, la confianza en la perfección del sistema, de ahí que condenen toda solución que implique una ruptura con la sociedad.

4. Predilección por la novela . El género literario por excelencia fue la novela, que alcanzó un auge inusitado. Las disputas sociales, junto con el desarrollo de la prensa, son fundamentales para explicar su éxito. Según los realistas, la prosa narrativa era el género más adecuado para reflejar la realidad en su totalidad. En definitiva, los rasgos de la novela realista son: verosimilitud (las historias son como fragmentos de la realidad); personajes individuales que se relacionan problemáticamente con su mundo, o bien grupos sociales completos que permiten al novelista dar una visión global de la sociedad contemporánea, dando lugar a la novela psicológica o a la novela de ambientación social; un narrador omnisciente, donde el narrador maneja por completo los hilos del relato, lo que no es en absoluto incompatible con fingir una actitud de objetividad propia de un simple cronista; didactismo (dando una lección moral o social). Esto sucede, sobre todo, en las llamadas novelas de tesis, en las que el escritor desea demostrar una idea general a la que quedan subordinados el argumento y los personajes de la obra; estructura lineal; descripciones minuciosas, con obsesión por el dato exacto típico del positivismo; estilo sencillo y sobrio. Los realistas no sólo abandonan los temas legendarios del Romanticismo, sino que también rechazan su pomposa retórica. El ideal del estilo es la claridad y la exactitud, por lo que el lenguaje se adapta a la índole de los personajes, como corresponde al deseo de acercar la labor del escritor a la del científico. En cuanto a la técnica narrativa, además de la narración tradicional y del estilo indirecto, destacan el estilo indirecto libre (se refleja el pensamiento del personaje sin abandonar la 3ª persona del narrador y sin que sea introducido por verbos de “decir”) y el monólogo interior (el personaje expresa su pensamiento íntimo, antes de toda organización lógica).

Realismo en Europa

Francia

- Stendhal. Seudónimo literario de Henry Beyle (1783-1842). Es autor de novelas como Rojo y Negro (1830), en donde se muestran cómo la falta de escrúpulos, el engaño y el maquiavelismo resultan los medios idóneos de ascenso social, por lo que sus personajes, de espíritu selecto pero de origen humilde, terminan pactando con la sociedad. Para Stendhal, una novela es “un espejo que se pasea por un camino real. Tan pronto refleja el cielo azul como el fango de los cenagales del camino”.

- Honoré de Balzac. Su obra principal es Comedia Humana (un proyecto de 137 novelas pero que dejó en 24) en la que deambulan unos 250 personajes que reaparecen en sus novelas sin tener en cuenta los parentescos de los protagonistas o la transformación de los personajes reales en imaginarios. Sus ideas son de signo conservador: apología de las aportaciones burguesas, admiración ante el mundo industrial, temor a la revolución, etc.

- Gustave Flaubert. Supone la transición hacia el Naturalismo. No es que sea ideológicamente progresista, pero tampoco se alía con la burguesía dominante. Su posición es la del deseo honrado de ser racional y realista. En el terreno literario, su actitud se traduce en la impersonalidad, capta la vida cotidiana, monótona y sin relieve. Con Madame Bovary (1857), hay un cambio de rumbo en la novela realista, ya que se quiebra el pacto sociedad-individuo problemático, pues aquélla siempre destruye a quien no se adapta. Emma Bovary es una mujer que, insatisfecha del medio burgués provinciano en que vive y de su marido permisivo y bonachón, cae en lamentables amoríos que su mente poetiza hasta que la realidad le lleva al suicidio.

Inglaterra

- Charles Dickens . La novela realista tiene también su desarrollo en Inglaterra coincidiendo con la época victoriana en plena industrialización, cuando surgen núcleos de población miserable de trabajadores. En la novelística inglesa hay que notar que el gran aumento de su producción va acompañado de un cambio de forma: ahora hay un nuevo cauce en las entregas mensuales, que suavizan el gasto, a la vez que conquistan amplios círculos de lectores, enganchados en el suspense. El principal representante de este boom fue Charles Dickens. Gran observador de la vida, retrata los tipos humildes de la sociedad con buena dosis de sentimentalismo romántico y patriarcal. Entre sus obras destaca Hard Times (Tiempos difíciles) donde se narran las relaciones entre patronos y obreros, Oliver Twist,Cuentos de Navidad (el avaro Scrooge), David Copperfield. Otros autores destacables son Thackeray, con títulos comoBarry Lindon o Vanity Fair; yCharlotte Brontë con una novela cuasi romántica, Jane Eyre, drama de un pequeño grupo de personajes de un pequeño condado de Yorkshire.

Rusia

El caso de Rusia es particularmente original dentro del Realismo europeo: la novela, instrumento de crítica social más escurridizo a la censura del régimen zarista, ofrece un rostro activista y pedagógico. Cuando el naturalismo está decayendo en Europa, la novela rusa revitaliza el panorama, con su mirada puesta en el futuro de su país y de la humanidad, con un optimismo basado en la confianza de la solidaridad humana. Tanto en lo religioso y lo cultural como en lo social y político, Rusia presenta una fuerte peculiaridad con respecto a Occidente. Al llegar el siglo XIX, aún seguía siendo un país feudal de señores y siervos. Serán tiempos de fuertes tensiones entre corrientes progresistas y tradicionalistas. En Literatura, la transición al Realismo está representada por Gógol, cuyas obras, como Almas muertas, significan el arranque de la gran novela rusa. A partir de él se desarrolla uno de los grandes ciclos novelísticos de la literatura universal, conjunto en el que, junto con Turguéniev oTolstoi, se sitúa la figura cimera de Dostoyesvski. En sus novelas, en las que destacan títulos como Crimen y Castigo o Los hermanos Karamazov , se dan situaciones límites de angustia, tensión y caos; los personajes se caracterizan por su carácter imprevisible, irracional, torturado desde muchos ángulos y complejísimo. Son iniciadores de la psicología moderna, en la que se entrelazan los sentimientos más contrapuestos, de ahí que Dostoyevsky sea, sobre todo, el gran pintor de almas y se haya acuñado el concepto de novela polifónica a propósito de su obra.

En resumen, se trata de un mundo exaltado, profundo de ideas, con personajes que, a diferencia del Realismo francés e inglés, buscan una salida a su perturbado mundo interior, huyendo con firmeza de caer en el nihilismo o en la desilusión.

Tolstoi fue quien más influyó en la novela realista española. Su obra refleja un profundo conocimiento de los impulsos secretos de la vida psíquica. Tolstoi se convirtió también en teórico de un cristianismo sin dogmas, basado en la repulsa a la violencia y en el amor como ley universal. Esto se reflejará en Galdós, que se refugiará en la filosofía del amor para mantener la ligazón entre los valores individuales y los colectivos. Galdós fue uno de los primeros en leer Guerra y Paz, traducida al francés en 1884. Otra gran obra y de gran repercusión fue Anna Karenina. A Tolstoi se le considera el artífice del realismo psicológico, todos sus personajes están minuciosamente caracterizados.

Novela de Tesis

La crítica acepta que la novela plenamente realista comienza a desarrollarse en España en la década de los 70. La literatura entra de lleno en una serie de polémicas que trae consigo la Revolución de la Gloriosa, produciendo lo que se ha denominado Novela de Tesis. Entre los defensores de este modo de escribir, destaca sobre todo Benito Pérez Galdós, quien en su discurso de ingreso en la Real Academia, titulado La sociedad presente como materia novelable, aportará una definición precisa de lo que él considera la esencia de la novela: "Imagen de la vida es la novela y el arte de componerla estriba en reproducir los caracteres humanos (...) todo esto sin olvidar que debe existir perfecto fiel de balanza entre la exactitud y la belleza de la reproducción". De esta forma, la novela realista alcanzará su cima cuando se adentre en el análisis psicológico de los personajes y se creen personajes no genéricos. Este tránsito lo ejemplifica a la perfección Galdós, quien no se limita a copiar la realidad, sino que utiliza sólo aquello verosímil, lo que estéticamente es creíble. Escribirá sobre la base costumbrista, le gusta pasearse por Madrid y se documenta sobre la vida de sus habitantes, pero, aparte de esto, logra crear un mundo novelesco.

-Benito Pérez Galdós (1843-1920). Sus ideas acerca de cómo debía ser la nueva novelística pueden rastrearse en los propios textos de Galdós:

1. En uno de sus ensayos, titulado Observaciones sobre la novela contemporánea en España, Galdós propone como principal fuente de inspiración para sus novelas la clase media, sus ideales, sus aspiraciones y sus problemas.

2. En el prólogo a El sabor de la tierruca de Pereda pondera la reproducción de lo natural, la combinación de verdad más fantasía, el acierto de introducir el lenguaje popular en el literario a través del diálogo y la observación de la realidad.

3. En el prólogo a la tercera edición de La Regenta compara el Naturalismo español con el francés y el inglés.

4. Y en el discurso de ingreso en la Real Academia, anteriormente citado.

Son varios los intentos de clasificar la obra galdosiana para los que se han utilizado diversos criterios. El propio Galdós distinguió su producción literaria en cinco grupos: novelas de la primera época, Episodios nacionales, novelas españolas contemporáneas, novelas espiritualistas y por último, la dramática. Entre las “novelas de la primera época”, destacan La fontana de oro y Doña Perfecta. Esta última pertenece a llamadas novelas de tesis, en la que Galdós denuncia las ideas conservadoras, el oscurantismo y los prejuicios de las pequeñas poblaciones como Orbajosa, lugar en el que se desarrolla la novela. En 1870, en Observaciones sobre la novela contemporánea de España, el autor declara su confianza en la burguesía como clase capaz de reformar la vida española.

Los Episodios Nacionales , distribuidos en cinco series, con un total de 46 tomos, representan un marco amplísimo de la historia española contemporánea, entre la batalla de Trafalgar y la Restauración, con cierta trama imaginativa.

En la etapa de las “ Novelas contemporáneas”, Galdós pretendía reflejar la sociedad de su tiempo. Destacan: Tormento (historia de un indiano enamorado de una chica que fue amante de un cura y que sufre la envidia de Rosalía Pipaón de la Barca); La de Bringas (continuación de la anterior, su protagonista es la cursi Rosalía, ahora convertida en amante de uno de los Peces); Miau (historia de un cesante: burócrata que queda sin trabajo por un cambio de gobierno) y, sobre todo, Fortunata y Jacinta, cuya trama se desarrolla en Madrid. Juan Santa Cruz, hijo de una familia de la burguesía, vive una aventura amorosa con Fortunata, una bella muchacha del pueblo; sin embargo, terminará aceptando el matrimonio con su prima Jacinta. Fortunata, abandonada una y otra vez, y, aunque se casa con Max Rubín, nunca renuncia a su amor por Juan, que considera natural y legítimo. Antes de morir, cede su hijo a Jacinta, quien es estéril y cree ver en este niño la salvación de vida conyugal. Con esta obra alcanza su cumbre el realismo total galdosiano, que ya no es simple retrato verosímil de caracteres y ambientes, como en la mayoría de los escritores españoles coetáneos, sino que esta obra está poblada de poderosas individualidades, que son las que transmiten al lector esa fuerte impresión de verdad.

La última etapa de Galdós recibe el nombre de “espiritualista”, con obras como Nazarín y Misericordia , donde se nos presenta a personajes idealizados cuya vida ya no está totalmente determinada por el ambiente o la herencia, sino que el hombre se construye a sí mismo mediante la voluntad y los ideales.

Naturalismo

En España, el Naturalismo fue conocido bastante pronto y las obras de Zola no tardaron en traducirse. Sin embargo, levantó enseguida una gran polémica y su verdadera penetración en la literatura española fue muy dificultosa, y es que la mentalidad de la sociedad española de la época es todavía muy distinta de la parisina de Zola. Para el autor francés, la novela debía liberarse paradójicamente de los elementos novelescos, el narrador debía atenerse a los hechos observados, guardándose sus emociones y convirtiéndose en un estudioso científico de las conductas humanas. Por último, la visión de Zola se centraba sobre todo en el reflejo de los aspectos más negativos de los personajes y su entorno, importando sobremanera el análisis del determinismo hereditario, fisiológico y ambiental. Así se acusará al Naturalismo de inmoral y anticatólico. En su defensa saldrá Emilia Pardo Bazán, quien en una serie de artículos recogidos en su libro La cuestión palpitante defiende al francés, aunque, desde principios católicos, rechaza el determinismo naturalista. En efecto, el Naturalismo español, aprovecha del movimiento naturalista ciertos recursos narrativos y su interés por los ambientes míseros y degradados, pero no acepta por completo la idea de convertir la literatura en ciencia.

El Naturalismo español no acepta ni la filosofía positivista ni el determinismo del naturalismo francés. La herencia y el medio, que determinan al individuo en el naturalismo francés, en el español sólo le condicionan. Entre los autores principales de esta tendencia naturalista destacan:

- Emilia Pardo Bazán (1851-1921). La autora que introdujo las ideas zolianas en España escribió cientos de cuentos que publicó reunidos en los Cuentos de Marineda. Pero su producción literaria goza de mayor importancia en novelas como Un viaje de novios, que narra la historia de un matrimonio entre un hombre maduro y una joven inculta y adinerada; o La tribuna, la más naturalista de sus novelas, donde describe la dura vida proletaria en una fábrica de tabaco ambientada en Marineda, trasunto literario de A Coruña. También son de suma importancia Los pazos de Ulloa y La madre Naturaleza , que describen la Galicia campesina del XIX, poblada de aristócratas decadentes, caciques, criados codiciosos; en general, se trata de un mundo lleno de ignorancia y barbarie con descripciones minuciosas y documentadas.

- Vicente Blasco Ibáñez . (1867-1928) Es el novelista español más cercano al naturalismo francés. Se interesa por los ambientes sórdidos, la crudeza de los temas y la preocupación por las taras hereditarias. Sus novelas están ambientadas en el mundo rural de su tierra, Valencia. Cabe mencionar entre sus obras La barraca y Cañas y barro.

- Leopoldo Alas Clarín . (1852-1901) Fue el representante del Naturalismo español y destaca, sobre todo, con La Regenta. La obra cuenta la vida de Ana Ozores (llamada ‘la Regenta´ por haber sido su marido Regente de la Audiencia), marcada por su temperamento apasionado, por la rigidez de la sociedad y por su relación con tres hombres: Víctor Quintanar, su marido; Fermín de Pas, el sacerdote confesor; y Álvaro Mesía, un don Juan que ve a Ana como una conquista

más. Los elementos naturalistas se advierten sobre todo en el determinismo del medio y en las circunstancias que han marcado a la Regenta: orfandad, infancia infeliz, educación severa y un ambiente, el de provincias, que la ahoga.

La Regenta es, sobre todo, una novela de conflictos, tanto sociales como personales. Los primeros son producto de una sociedad de transición entre el Antiguo Régimen y la nueva sociedad burguesa, que vive en una serie de contradicciones producidas por las consecuencias de una revolución burguesa que ha dejado prácticamente intactos los cimientos del Antiguo Régimen. Aunque Clarín localiza su novela en Vetusta, nombre simbólico tras el que se esconde Oviedo, trasciende su significación a toda la sociedad española de la primera década de la Restauración: la aristocracia y la Iglesia dirigen la vida social, mientras que la alta burguesía trata de penetrar en este tándem dirigente mediante la cultura (Roncal), la política (Mesía), el sometimiento a la Iglesia o el matrimonio (Víctor Quintanar). Clarín llega a la conclusión de que Vetusta es una ciudad dominada por la mezquindad y la hipocresía, cuyas gentes condenan al fracaso cualquier aspiración que se eleve más allá de sus cabezas. Critica así la hipocresía, la envidia y el espionaje a que se someten unos a otros.

Todos los personajes que podemos encontrar en una pequeña capital de provincias tienen su representación en La Regenta: el obispo, los marqueses, el caciques, el obrero, pero no son arquetipos. El esfuerzo de individualización de cada personaje es uno de los rasgos más decisivos de la obra.

El segundo grupo de conflictos lo constituían los conflictos personales, entre los que destacan los de la protagonista femenina Ana Ozores. Ella es una mujer con inquietudes espirituales pero la sociedad en la que vive las rechaza. Intenta compensar sus tremendas insatisfacciones bien por el misticismo (llevada de la mano del Magistral), bien por el erotismo (incitada por Álvaro Mesía). Al final, se ve defraudada en ambos casos. Fermín de Pas sufre el conflicto entre su ambición personal y sus aspiraciones espirituales, que permanecen dormidas hasta la irrupción de Ana Ozores. En un principio, busca el equilibrio, pero no lo logra, ya que Ana no puede ser sólo suya por el espíritu, pues necesita amor humano y por eso se ha entregado a Álvaro Mesía, que es un don Juan decadente sin interioridad vital, incapaz de sentir amor. Uno y otro conflicto muestran así la indisoluble unión entre el espíritu y la materia. La otra novela larga de Clarín es Su único hijo, que puede incluirse en el grupo de intenso espiritualismo donde se encuentran también las últimas obras de Galdós y de Pardo Bazán. Narra la historia de Bonifacio, quien, desengañado con su amante y traicionado por su mujer, sufre una profunda evolución moral y, al final, aparece ennoblecido y, al rechazar la insinuación de que él no es el padre del hijo de su mujer, encuentra en su paternidad la realización de su más íntima aspiración espiritual.

Clarín escribió también novelas cortas y cuentos. Las primeras se caracterizan por el cuidadoso análisis de los personajes, generalmente caracterizados por un profundo sentimiento de frustración. Destacan Pipá (tristísima historia que narra las últimas horas de vida de un pillete) y Doña Berta, lírica historia sobre la recuperación del pasado de una anciana, que desea comprar el cuadro en el que su hijo aparece retratado. Sus cuentos recrean las vidas de personajes humildes y están narradas con gran economía de recursos como se demuestra en ¡Adiós Cordera!, que cuenta la terrible influencia del progreso en una humilde familia y en su vaca llamada Cordera.

En definitiva, Clarín capta perfectamente las diferentes formas de expresión de los personajes, por medio de diálogos naturales, que reproducen la lengua coloquial (e incluso emplea dialectalismos). Además, incluye técnicas renovadoras, tales como el monólogo interior o el estilo indirecto libre, tanto en los cuentos como en las novelas.

Teatro

Aunque no procede hablar de un teatro propiamente realista al uso de lo que sucedía en la narrativa, en la producción teatral se intenta mostrar de manera crítica la sociedad contemporánea; para ello, se trata de que el escenario reproduzca el ambiente con fidelidad y de que los actores se identifiquen con los personajes, como si el público no estuviera delante. Además, los escenarios han mejorado, aumentan los decorados, se introduce mobiliario auténtico y los actores se mueven y hablan con naturalidad.

Tendencias :

- La alta comedia: es expresión y espejo de la burguesía decimonónica, que iba al teatro a verse a sí misma. Los temas serán contemporáneos. Los escritores más conocidos son: Manuel Tamayo y Baus (1829-1898) y José de Echegaray (1832-

1916).

- El drama social: el protagonista vive en un mundo proletario, como en Juan José, de Joaquín Dicenta (1836-1917).

- Benito Pérez Galdós escribió obras de teatro muy interesantes ( El abuelo, Electra...), en las que también, como en sus novelas, introduce aspectos críticos.

- El género chico: obras de carácter breve y popular, con música o sin ella, entre las que se encuentran el sainete, la revista y la zarzuela. Son bien conocidas las obras de los hermanos Serafín (1871-1938) y Joaquín (1873-1938) Álvarez Quintero y las de ambiente madrileño, de Carlos Arniches (1866-1943), que se estudiarán posteriormente.

Lírica

En lírica hay dos tendencias fundamentales: poesía realista antirretórica que hace uso de un lenguaje prosaico que la acerca a la prosa y cuyo principal representante es Ramón de Campoamor; y una poesía intimista posromántica, representada por Gustavo Adolfo Bécquer y por Rosalía de Castro, ya estudiados en el tema del Romanticismo.